sábado, 8 de mayo de 2010

Corrupción, ética y política

Corrupción, ética y política

Rodrigo Montoya Rojas

La corrupción ha pasado a ser el problema aparentemente más importante en el país después que los dos secretarios generales del partido que gobierna se han visto seriamente comprometidos en graves problemas. Entre tanto el presidente García hace piruetas verbales para hacer creer que sólo se trata de pequeñas ¨turbulencias¨ en el vuelo aprista. Con su habitual incontinencia verbal y facilidad para insultar, sin nombrarlos ha llamado a los corruptos “ratas” y “basura”, y hasta los ha enviado “al diablo”. Pareciera que podría repetirse aquel lamentable episodio con su célebre frase “se van ellos o me voy yo”, luego de haber dado la orden de acabar con los presos políticos en las cárceles de Lima, en 1986. No se fueron los anónimos “ellos”, tampoco él. Por sus gestos y frases pareciera que el presidente García nada tendría que ver con la corrupción.

Comprar influencias para conseguir leyes y decretos que sirvan para ganar mucho dinero es un componente estructural del capitalismo en todas partes y en todos los tiempos. Ocurre que son muy pocas las coimas detectadas y probadas y, peor aún, debidamente castigadas. Hay quienes saben hacer bien sus trabajos de lobistas sin dejar huellas y otros torpes y faroleros como el tal Bieto Químper y sus amiguetes. Hay empresarios, funcionarios y políticos expertos en ofrecer y recibir coimas y otros aprendices y torpes.

Para cubrirse de coimas, robos y muertes, hay disposiciones legales, incluso constitucionales. En Perú el presidente no puede ser acusado de ningún delito mientras esté en el ejercicio de su cargo. Después sí, pero las alianzas entre las fuerzas políticas resultan muy útiles para que al presidente saliente no se le toque y éste y sus congresistas devuelvan después el favor. Esta es la reciprocidad real de la corrupción. La llamada inmunidad parlamentaria es un privilegio que protege a los corruptos y se convierte prácticamente en impunidad. El juicio y la condena a Fujimori es una excepción en la historia peruana debido a la magnitud extraordinaria de sus delitos y crímenes y a la feliz aparición de los primeros brotes de una conciencia ciudadana, clave para bloquear la impunidad.

http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/corrupcion-etica-y-politica_61967.html

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